Ataque alemán a Francia a través de Bélgica (Plan Schlieffen) tras importantes avances frenados en la batalla del Marne Tras iniciales avances ruso en Prusia oriental victoria alemana en la batalla de Tannenberg Gran Bretaña, Rusia, Francia, Bélgica, Serbia, Japón Alemania, Austria-Hungría y Turquía
1915-1915: la guerra de posiciones
En el frente occidental los ejércitos se atrincheran cruentas batallas (Verdún, Somme...) que no producen avances significativos Inicio de la guerra química y de la guerra submarina En el frente oriental avances alemanes (Polonia rusa y Lituania) y austro-húngaros (Serbia) Gran Bretaña, Rusia, Francia, Bélgica, Serbia, Japón, Italia y Rumania Alemania, Austria-Hungría, Turquía y Bulgaria
1917: la crisis definitiva de la guerra
La guerra submarina EE.UU. entra en la guerra junto a la Entente La revolución rusa (febrero-octubre) firma del armisticio en diciembre Gran Bretaña, Rusia, Francia, Bélgica, Serbia, Japón, Italia, Rumania y Grecia Alemania, Austria-Hungría, Turquía y Bulgaria
1918: el desenlace
Paz de Brest-Litovsk (marzo) Rusia firma la paz por separado En el frente occidental Ofensiva alemana en primavera Contraofensiva victoriosa de la Entente en verano Derrotas de los Imperios Centrales en todos los demás frentes italiano (Vittorio Veneto), Balcanes, Oriente Medio Firma de los armisticios Alemania 11 noviembre 1918
domingo, 17 de febrero de 2013
Carta de un soldado británico desde el frente, Francia 1914:
Cariño mío, Ahora, si no hay problemas, vas a saber todo acerca de lo que ocurre aquí. Sé que te llevarás una gran sorpresa cuando te llegue esta carta... ¡Si alguna autoridad la ve! (...)Quizá te gustara saber como está el ánimo de los hombres aquí. Bien la verdad es que (y como te dije antes, me fusilarán si alguien de importancia pilla esta misiva) todo el mundo está totalmente harto y a ninguno le queda nada de lo que se conoce como patriotismo. A nadie le importa un rábano si Alemania tiene Alsacia, Bélgica o Francia. Lo único que quiere todo el mundo es acabar con esto de una vez e irse a casa. Esta es honestamente la verdad, y cualquiera que haya estado en los últimos meses te dirá lo mismo. De hecho, y esto no es una exageración, la mayor esperanza de la gran mayoría de los hombres es que los disturbios y las protestas en casa obliguen al gobierno a acabar como sea. Ahora ya sabes el estado real de la situación. Yo también puedo añadir que he perdido prácticamente todo el patriotismo que me quedaba, solo me queda el pensar en todos los que estáis allí, todos a los que amo y que confían en mí para que contribuya al esfuerzo necesario para vuestra seguridad y libertad. Esto es lo único que mantiene y me da fuerzas para aguantarlo. En cuanto a la religión, que Dios me perdone, no es algo que ocupe ni uno entre un millón de todos los pensamientos que ocupan las mentes de los hombres aquí. Dios te bendiga cariño y a todos los que amo y me aman, porque sin su amor y confianza, desfallecería y fracasaría. Pero no te preocupes corazón mio porque continuaré hasta el final, sea bueno o malo ( ...)
Laurie
Navidad en el frente, diciembre de 1914.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en el año 1914, a los soldados de ambos lados se les aseguró que estarían de regreso en sus hogares para el día de Navidad y celebrarían la victoria. Esa predicción resultó ser falsa.La tropas en los frentes de batalla no regresaron al hogar para esa fecha y la guerra se prolongó por cuatro años. Durante éste tiempo, algo así como ocho millones y medio de hombres murieron y cientos de miles más murieron a causa de sus heridas.La guerra tuvo un costo humano horrible y transformó a Europa de tal manera que gracias a su mal planeada conclusión, las semillas para la Segunda Guerra Mundial veinte y un años más tarde fueron sembradas. Sin embargo, en la Noche Buena (víspera de la Navidad) en Diciembre de 1914, uno de los acontecimientos más extraños registrados en la historia militar tuvo lugar en el Frente Occidental.En la noche del 24 de Diciembre el tiempo se volvió frío bruscamente congelando el agua y la nieve que estaba media derretida que había en las trincheras en donde los soldados de ambos ejércitos (Inglés y Alemán) tenían sus literas para dormir.En la parte de los Alemanes, los soldados comenzaron a encender velas. Los centinelas británicos reportaron a sus oficiales que parecían haber pequeñas luces elevadas en postes ó bayonetas. Estas linternas iluminaban claramente a las tropas alemanas haciéndolas vulnerables a los rifles enemigos. Sin embargo, los ingleses se resistieron a disparar. Lo que era aún más sorprendente, los oficiales ingleses vieron a través de sus prismáticos que algunos hombres del enemigo sostenían árboles de Navidad sobre sus cabezas con velas en sus ramas.El mensaje estaba claro: Los alemanes quienes celebraban la Navidad en la Noche del 24 de Diciembre estaban enviándole un mensaje Navideño a sus enemigos en el otro lado de el frente.A los pocos momentos de ver ésta señal los ingleses comenzaron a escuchar a algunos de los alemanes cantando un villancico de Navidad. Muy pronto fue entonado a todo lo largo de las líneas alemanas según los otros soldados se unían en armonía.Las tropas británicas reconocieron inmediatamente la melodía como "Noche de Paz" y muy pronto se neutralizaron las hostilidades en ambos lados. Uno por uno, los soldados ingleses y alemanes comenzaron a dejar sus armas a un lado y salir con rumbo a la "tierra de nadie" un terreno agujereado por las bombas entre las dos partes del frente. Tantos soldados de ambos lados salieron de sus trincheras que los oficiales superiores estaban impedidos de evitar ésta reacción espontánea. Había un cruce no declarado y estalló la paz. Frank Richards fue un testigo de éste cruce no oficial. En su diario de la guerra escribió: "Levantamos un pizarrón con 'Feliz Navidad' escrito. El enemigo también levantó uno igual. Dos de nuestros hombres arrojaron su equipo a el suelo y saltaron para afuera de su parapeto con las manos sobre sus cabezas al mismo tiempo que dos de los alemanas hacían lo mismo; los dos nuestros caminaron para encontrarse con ellos." "Se dieron las manos y entonces todos nosotros salimos de las trincheras y asímismo también hicieron los alemanes." Richards también explicó que algunos soldados alemanes hablaban inglés perfectamente bien, uno de ellos diciendo cuan harto estaba de la guerra y que estaría muy alegre cuando todo terminase. Sus contrarios británicos estaban de acuerdo.Esa noche, soldados que hasta ese momento eran enemigos se sentaron juntos alrededor del calor del fuego. Intercambiaron pequeños regalos de sus pobres pertenencias -barras de chocolate, botones, insignias y pequeñas latas de carne de res. Hombres que hasta solamente una horas antes se disparaban a matar estaban ahora compartiendo las festividades de Navidad y mostrándose los unos a los otros fotografías de sus familias.La noche terminó así como comenzó, por mutuo acuerdo. El capitán C.I. Sockwell de los Royal Welsh Fusiliers recordó como --después de una verdadera "Noche de Paz"-- disparó tres veces al aire el 26 de Diciembre a las 8:30 AM y se dirigió hacia las trincheras.Un oficial alemán que intercambió regalos con Stockwell la noche anterior también apareció en una trinchera. Ellos se inclinaron en reverencia, se saludaron y descendieron de regreso a sus trincheras. Unos minutos más tarde, el Capitán Stockwell escuchó a el oficial alemán disparar dos veces al aire. Estaban en guerra nuevamente.
viernes, 15 de febrero de 2013
TEXTO
Los siete pecados capitales del imperio alemán en la primera guerra mundial de Sebastian Haffner:
Un libro que analiza los siete pecados capitales que condenaron a Alemania en el estallido y desarrollo de la Primera Guerra Mundial. Un ensayo histórico de primera magnitud escrito por el autor de Historia de un alemán. “No es cierto que los disparos en Sarajevo provocaran la Primera Guerra Mundial”, afirma Sebastian Haffner en este lúcido ensayo sobre los orígenes y el desarrollo de esta guerra que clausuró una visión política del mundo y condicionó el futuro de Europa. El autor de Historia de un alemán indaga en los siete pecados capitales que cometió Alemania en la germinación y el desarrollo de esta devastadora contienda, y responde a preguntas clave para entender ese periodo y a través de él la evolución de la historia europea en el siglo XX: ¿Cuáles fueron las verdaderas causas de la Primera Guerra Mundial?, ¿se hubiera podido evitar?, ¿cómo diseñaron las grandes potencias sus estrategias de poder?, ¿en qué erraron sus cálculos unos y otros?, ¿qué mundo clausuró esa guerra y qué mundo emergió de ella? La intención de Haffner no era ni un realizar una condena moral del gobierno del Reich ni aclarar la llamada cuestión de la culpa en la guerra. Para él era más importante señalar las desastrosas decisiones equivocadas, de graves consecuencias, «los siete pecados mortales», de la política del Reich: el abandono de la política de Bismarck, el plan Schlieffen, la desperdiciada posibilidad de paz de 1916, la ilimitada guerra de submarinos, la bolcheviquización de Rusia, la desaprovechada oportunidad de reducir la guerra a una sola frontera tras la paz de Brest-Litovsk, la actitud ante la derrota al finalizar la guerra... En este magistral ensayo Haffner rompe clichés, cuestiona lugares comunes, desmenuza las medias verdades y propone una nueva visión política del origen y el desarrollo del conflicto, que nos sirve para comprender el pasado y para analizar con más precisión el presente.
En esta web puedes ver qué pasó en Europa durante la Primera Guerra Mundial